Son 1.217 de 2.824 jóvenes indígenas los que no alcanzaron el objetivo principal de Pronabec, lograr un título profesional que los ayude en su desarrollo personal y de sus comunidades. Las razones son varias: desde la falta de un enfoque intercultural hasta la necesidad de aprobar sus idiomas indígenas como una segunda lengua. El Estado invirtió en este programa entre S/ 7,8 y S/ 10 millones por el pago de matrículas y pensiones.
Desde que se inició la modalidad CNA, en 2014, Pronabec ha otorgado 2.824 becas hasta el 2020, pero solo 518 estudiantes terminaron la carrera y otros 1.089 figuraban como estudiantes activos hasta el año pasado. El 81 % de las subvenciones, es decir 2.289 becas, las concentraron 10 universidades e institutos, que a su vez reportan las mayores tasas de deserción de alumnos indígenas. De los 1.217 jóvenes que no terminaron la carrera, el 89 %, estudió en alguno de los centros de educación superior que congregaron la mayor cantidad de becas CNA.
La lista de universidades con mayor cantidad de estudiantes indígenas que desertaron la encabeza la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL), con 295 alumnos, seguida de la Universidad Politécnica Amazónica (180), el Servicio Nacional de Adiestramiento en Trabajo Industrial – SENATI (170), la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana (111), el Instituto de Educación Superior Privado de Emprendedores (105), Cibertec (85), el instituto Trentino Juan Pablo II de Manchay (45), la Universidad Peruana Cayetano Heredia (38), la Universidad Científica del Perú (30) y la Universidad Científica del Sur (29).
De las 10 universidades que concentran el mayor porcentaje de deserción, la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL) lidera la lista, con 295 alumnos en el período comprendido entre 2014 y 2020. La matriz de USIL es la Corporación San Ignacio de Loyola S.A., una razón social creada en 2009 por Raúl Diez Canseco y el exnotario Carlos Augusto Sotomayor Bernós. El análisis de OjoPúblico señala que el Estado peruano pagó a la universidad pensiones que van desde S/1.421 mensuales en 2015; S/1.828 en 2018 y S/1.610 el año pasado.
Es el caso también del Instituto de Educación Superior Privado Cibertec, donde 85 alumnos no concluyeron la carrera, pero el Estado pagó S/1’193.670. Una segunda es la Universidad Politécnica Amazónica que recibió S/720.000 por 180 de sus becarios CNA que finalmente no lograron egresar. Y una tercera es el Instituto de Educación Superior Privado de Emprendedores, donde el Estado pagó S/571.200 por 105 alumnos que no concluyeron sus estudios.
Otras instituciones de educación superior con altos porcentajes de deserción indígena son la Universidad Peruana Cayetano Heredia (60%), la Universidad de Piura (75%) y los institutos pivados IDAT (81%) y Chío Lecca (54%).
Igualmente se identificó que las universidades cobran al Estado las escalas medias o más altas por los becados. Por ejemplo, la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y la Universidad de Piura (UDEP) cobraron en 2020 una pensión mensual intermedia por cada beca indígena: S/ 2.515 y S/2.453 respectivamente. En la Católica la escala más baja mensual es de S/1.057, mientras que en UDEP es de S/ 960.
Fuente: Ojo Público.